EL MOVIMIENTO LITERARIO ULTRAÍSTA DE ESPAÑA


Guillermo De Torre



Publicado en la revista Poesia, editada en Milan por Mario Dessy, ANNO I Numero 5-6  Agosto-Settembre 1920, pp.51-55 y Numero 7-8-9 Ottobre - Novembre - Dicembre 1920, pp.77-78

EL MOVIMIENTO LITERARIO ULTRAÍSTA DE ESPAÑA
Madrid, septiembre 1920
I
    Simultáneamente al estallido del ultimo obús — Septiembre de 1918 — en los agros de batalla, donde algunos de los mas jóvenes y prometedores intelectuales europeos de las nuevas generaciones — desde Charles Peguy a Ernst Stadler, pasando por Rupert Broocke y Umberto Boccioni — se agostaron heroicamente, afloró en el campo espiritual de España una audaz juvenil y pontencialísima tendencia de avance y superación literaria ilimitada: el ultraísmo.

  Ya anteriormente, durante los años de guerra, fueron surgiendo aisladamente diversas figuras y tendencias, unánimes en el anhelo de rebasar las normas modernistas imperantes, aboliendo sus últimos residuos caquéxicos y superar ideológicamente los credos y módulos peculiares del movimiento novecentista o modernista de 1900 y subsiguientes generaciones epigónicas. Pues la evolución literaria vigente en las letras españolas, hasta el advenimiento del ultraísmo, ha sido, en el sector poético, la iniciada por el magno aeda americano Rubén Dario, y fecundatriz de una triunfal modalidad, jalonada por una larga estela de prestigiosas figuras, entre las que destacan cardinalmente: Antonio y Manuel Machado, Ramón del Valle-Inclán, Francisco Villaespesa, Juan Ramón Jiménez, Ramón Pérez de Ayala, Emilio Carrere, Eduardo Marquina, etc…
 
 Y en el otro sector, la franja de prosistas literarios e ideológicos, a partir de la llamada generación de 1898, compuesta por Miguel de Unamuno, "Azorín”, Pio Baroja, Ramiro de Maeztu, José Ortega Gasset y Gabriel Alomar.
 
  La próvida cosecha lograda por estas generaciones no ha de ser hoy objeto de nuestro estudio. Sus obras constituyen y constituirán para los jóvenes de las nuevas generaciones, un ejemplo de altitud espiritual en la aurora del siglo XX, corno reacción derrocadora y superatriz de la mediocridad característica imperante en las postrimerías del siglo anterior. Las obras de los innovadores de 1900 distendieron durante tres lustros el arco de sus intenciones, signando con sus huellas los florecimientos posteriores en la misma ruta de secuencia epigónica. No obstante, en 1915, el òvulo novecentista inicial, estaba ya exprimido totalmente hasta devenir estéril. Pues solo la generación primicial de 1900-1905 fue la aportadora de módulos originales, y aclimatadora de otros exóticos contemporáneos, consiguiendo en sus libros primeros fijar la pauta directriz y forjar los troqueles modeladores de la poesía modernista denominada sintéticamente, y por antonomasia «rubeniana», pues Rubén Darío fue el representativo lucífero que iluminó el horizonte, abriendo los cauces métricos y descubriendo la toponimia mitológica y peculiarizante que todos después habrían de cultivar.
 
     Sólo esta generación primogénita de hermes persistirá en sus mas puros libros germinales, henchidos de nuevas intenciones liricas y estremecidos de personales vislumbres innovadores. Mas en un plano de tiempo relativo. Porque aún hoy, en el alborear arduo de otra generación básica, y ante las miradas rigurosas de los novísimos poetas son contemplados como náufragos inmersos los hermes novecentistas, excepto algunos que como Juan Ramón Jiménez, a partir del «Diario de un poeta recién casado» y Ramón del Valle-Inclán, desde su reciente libro caricatural y funambulesco «La Pipa de Kif» han evolucionado ascensionalmente, rejuveneciendo su personalidad, y adquiriendo así relieve para destacarse en nuestra galería de auténticos valores vivientes

    Las generaciones de poetas posteriores de 1907, 10 y 12, fueron representadas por grupos de sumisos discípulos o imitadores, que sin aportar ningún fruto suyo peculiar, tendieron únicamente a prolongar las resonancias de sus progenitores dentro del tematismo habitual, y a través de sus sensibilidades, acaso mas buídas, pero incapaces de capturar nuevos matices insólitos y personales.
Esta tendencia de senectud y decaimiento, se acentuó aun más en la generación subsiguiente de 1914, formada por una cohorte de poetas apersonales que agravaron totalmente la agonía del ciclo modernista, agotando las perspectivas exhaustas, y topificando hasta el hastío sus tematismos distintivos: reminiscencias verlainianas del simbolismo francés, delicuescente sentimentalismo lunar, y exaltaciones de los paisajes y de los tipos castellanos-resurrectos por los del 98, en su anhelo de hallar la raigambre de los tropismos iberos.
 
 La acogida de esa modalidad hasta en las publicaciones más gregarias, favorece la irrupción de una «troupe» de cantores misoneistas que cultivan, un género híbrido y confuso, especie de bisutería poética carente de todo valor, de carácter pasajero, y que merece el más agresivo desdén de los jóvenes auténticos, alboreantes, y únicos en su radical soledad germinal.

II

          Ya en 1914, y como reacción ofensiva contra los ficticios valores imperantes, se imponía un movimiento literario subversivo, de avance renovador e innovador: Que inicialmente, apagase los rescoldos rubenianos y novecentistas — sin obscurecer empero las verdaderas figuras progenitoras — anulando las mediocridades subsecuentes, y finando la estela de inconscientes v extemporáneas repercusiones estériles. Y en un esfuerzo creador, paralelamente complementario al derrocador, iniciase una variación absoluta de temas, y una rápida transmutación de estilos, forjando nuevos módulos literarios y hallando otros arquetipos estéticos: Y he ahí la gesta que realiza ahora triunfalmente la aguerrida falange ultraísta. Pues su intento, en definitiva, no es solamente prolongar el área de posibilidades literarias, en cuyo perímetro puedan fluir fácilmente los libres temperamentos innovadores y las personalidades originales, sino substituir el panorama de acción mental, comenzando por tejer horizontes vírgenes y novidimensionales.

    Derivase de aquí, implícitamente, un absoluto abandono desdeñoso de las fórmulas consagradas, y el empeoramiento espiritual de los lucíferos hacia la búsqueda de normas intactas, como al comienzo de una nueva era. De ahí la actitud ingenuista de reciennacido espiritual con que el nuevo lírico afronta todas las perspectivas al bañar su sensibilidad resurrecta en el ácueo amanecer cósmico. El poeta ultramodernista, no pretende asimilarse, como sus antecesores, filamentos derivados de las normas aceptadas; por el contrario, olvida todo nexo filiador de raigambre umbilical, y en un férvido impulso re-creador, va afrontando todos los espectáculos y emociones con un gesto candoroso... Así, en ese estado de amnesia menta! y de impubertad espiritual el poeta renacido forja sus fragantes concepciones totalmente originales, no extraídas de la vida sino de la confluencia sensorial de sus espasmos extrarradiales.

   Ved ahora una exposición sintética de los recientes albores ultraístas: El «Movimiento Ultraísta » que lanzó sus primeras proyecciones individuales, no surgió conjuntamente hasta Febrero de 1919, en que tuvo su primera exteriorización pública, a través del escueto y notificador manifiesto lanzado a la Prensa de Madrid por un grupo de jóvenes literatos, entre los que únicamente han destacado después su nombre Cesar A. Comet, J. Rivas Panedas, Pedro Garfias y el firmante de esta glosa. Sus afirmaciones cardinales, resumíanse asi: «Declaramos nuestra voluntad de un Arte Nuevo que supla la última evolución literaria vigente en las modernas letras españolas, el novecentismo. Respetando la obra realizada por las grandes figuras de esa época, nos sentimos con anhelo de rebasar la meta alcanzada por estos primogénitos, y proclamamos la necesidad de un ultraísmo. He aquí nuestro lema: ultra, dentro del cual cabrán todas las tendencias avanzadas, genéricamente ultraístas, que más tarde se definirán y hallarán su diferenciación v matices específicos»

En esta pléyade ultraísta, apadrinada inicialmente por Rafael Cansinos-Asséns — gran estilista poemático, autor de libros tan purificadamente líricos, como «El Candelabro de los siete brazos» «El pobre Baby» y «La madona del carroussel» — algunos de sus componentes tenían ya un relieve individual en esa misma dirección superatriz. Uno de los hechos suscitadores de su aparición conjunta fue la aportación del creacionismo lirico que el poeta chileno Vicente Huidobro, hizo a las letras hispanoamericanas en el Otoño de 1918, durante su estancia en Madrid, al regreso de Paris.

  Los «Poemas Árticos» y « Ecuatorial» de Huidobro son las obras en español, que con otros libros en francés, marcan su posesión del creacionismo, cuyos vislumbres germinales había obtenido el autor de «Tour Eiffel» en Chile, 1916, mas cuya realización frutal logró en Paris, en 1917, al contacto con los módulos consanguíneos de Pierre Reverdy, y con la estética innovadora del grupo cubista de la que en definitiva, el creacionismo, es solo una derivación teórica
 
  La entronización de la lírica de Huidobro en nuestra atmósfera juvenil, acabó de evidenciarnos, como dijo Cansinos-Asséns, la decrepitud del ciclo modernista, y la máxima inconsciencia que suponía el seguir cultivando temas extintos, e inspirarse en hermes exangües. No se ha de inferir de aquí que el ultraísmo sea una derivación del creacionismo, como malévolamente, e influido por recientes disidencias, ha escrito Huidobro. El ultraísmo existía ya virtualmente antes de que él nos hiciese la aportación de sus libros, y de los postulados esenciales del ideario cubista.
 
   En España, y destacados en esa dirección de vanguardia existía ya algún joven literato, solitario en su actitud mentalmente extrarradial. (Y si no fuera por no romper la impersonalidad de este estudio revelaría mis mismos antecedentes ultraístas, desde 1917, como ha constatado Joaquín de la Escosura, en el articulo que viene de dedicarme en Grecia). Mas ante la comprobación total de la senectud novecentista, se afirmó mas imperativamente la necesidad salvadora de alzarse contra la bisutería poética invasora, y los ficticios valores literarios aceptados.

 De ahí el surgimiento del núcleo ultráico, como una floración de la juvenil voluntad superatriz, que ansia polarizarse en horizontes novidimensionales desdeñando las rutas de secuencias ritualistas. No son admisibles, por lo tanto, confusiones respecto a las intenciones esencialmente constructivas y renovadoras del ultraísmo que surgió respondiendo a la ley física del evolucionismo y del devenir eterno. Se incorpora así el Ultra al circuito de galvanizaciones intelectivas, diferenciándose en absoluto de movimientos exclusivamente derrocadores y disolventes, que causan promiscuación en las auténticas gestas innovadoras.

     Prosiguiendo la reconstrucción histórica de los orígenes ultráicos, no debemos olvidar que Cansinos-Asséns, critico afirmativo, que tributó el más efusivo homenaje de apoteosis triunfal a sus contemporáneos, los hermes de la generación novecentista, en sus estudios críticos de «La Nueva Literatura» (Edc. Sanz Calleja. Madrid, 1917) ha sido quien, primeramente, y en una invicta paradoja se ha alzado, al surgir el ultraísmo, frente a ellos, y ha mostrado sus senectud cumplida, incitando a la juventud a la búsqueda de otros faros, y al hallazgo de si mismos, de sus propias personalidades en el rasgarse de los intactos horizontes impolutos. A esta actitud avanzativa, disconforme y ávida, corresponde el hecho de que Cansinos asumiese, en los albores de nuestro movimiento ultraísta, el papel de guía y porta-estandarte teórico, aunque él íntimamente no modificase su espíritu! islámico, y solo bajo la firma pseudónima de Juan Las, aceptase nuestras directrices, y se desdoblase en algunos experimentos liricos. Y a la incorporación cansiniana, debió también la pléyade ultraísta el disfrute de sus dos primeros órganos de expresión: las revistas de vanguardia-: «Grecia» y «Cervantes»

III

   ¿Que significa, que norma de intenciones literarias entraña la palabra Ultra? ¿Cuales son los hitos limítrofes y las direcciones cardinales del Movimiento Ultraísta? He aquí la síntesis de las interrogaciones más insistentemente formuladas por cultos y profanos. El Ultra — dilucidaremos ahora sumariamente — es el lema distintivo y el reflector luminoso que llevan en la hélice los velívolos ultraístas. El Ultra, por el momento, no marca una hermética escuela sectaria, ni una dirección estrictamente unilateral como otros movimientos subversivos: El Ultra, viene a ser en España el vórtice de Irradiación descubridora y de fusión potente, adonde afluyen todas las pugnaces tendencias estéticas de vanguardia, que hoy disparan sus intenciones innovadoras más allá de los territorios mentalmente captados.

   El Ultra es el lampadario-proyector de los lucíferos ultraístas. El ultraísmo es la etiqueta genérica de un movimiento que engloba varios «ismos» específicos en una perfecta coexistencia, como rosas consanguíneas, aun en su diversa foliación polipétala.

   Como ha dicho Cansinos-Asséns, el ultraismo «résumé una voluntad caudalosa, que rebasa todo limite escolástico. Es una orientación hacia continuas y reiteradas evoluciones, un propósito de perenne juventud literaria, una anticipada aceptación de todo modulo y de toda idea nuevos. Representa el compromiso de ir avanzando con el tiempo». En las precedentes palabras se halla contenida implícitamente toda la intención superadora y avanzativa del ultraísmo, cuyas características peculiares van apareciendo en el libre fluir eclatante de originales personalidades individualizadas. 

    Paralelamente, en la identificación de orígenes e influencias, va resaltando la filiación neta del ultraísmo, y su enlace con otros «ismos» extrarradiales del momento literario. Ya hemos señalado como la aportación del creacionismo por Vicente Huidrobo en 1918, con la incorporación. del ideario cubista a nuestras intuiciones ortales, fue uno de los hechos que, unido a las incitaciones teóricas de Cansinos, y al ejemplo rebelioso de algunos de nosotros, ya destacados solitariamente en la vanguardia. estética, más directamente influyeron en el brote conjunto del movimiento ultraísta. Diversas traducciones y criticas, publicadas en «Cervantes» y «Grecia» de los más característicos trozos cubistas, futuristas y dadaístas, por Cansinos-Asséns, Borges, Lasso de la Vega y el firmante, han aclimatado estas corrientes extranjeras en nuestra zona ultraísta. El Ultra es, con todo, un movimiento autóctono. Y si en algunos de sus poetas pueden discernirse asimilaciones exóticas a sus fibras temperamentales, en otros solo resalta su personalidad renovada, por la sola virtud de su voluntad liberadora

   Al advertir la polarización mental de los ultraístas hacia otros rasgados horizontes, puede constatarse como el esfuerzo de está pléyade ha tendido inicialmente a una suerte de desplazamiento espiritual allende las fronteras opacas, con el fin de situar nuestra avanzada literaria en conexión con las vanguardias extranjeras. Pues uno de nuestros objetivos esenciales, en el tiempo, es llenar esa laguna de distanciación, que siempre ha aislado a España haciéndola marchar en sus ultimas evoluciones literarias extemporáneamente, y a la zaga del movimiento mundial. De ahí que tendiendo los ultraístas a nivelarnos sincrónicamente, hayamos dado cabida y repercusión a las actuales y avanzadas direcciones extranjeras: Así desde el cubismo poético estructural de Apollinare, Cendrars y Cocteau, hasta su emergencia teórica, el creacionismo de Huidobro y Reverdy. Desde el dadaísmo funambulesco y caótico, ayer suizo de Tzara y Picabia, hoy parisino de Ribemont- Dessaignes y Soupault, hasta el expresionismo tudesco de Kurt Schwitters, Heynicke y Klemm. Pasando por el imaginismo inglés y norteamericano de Ezra Pound, Richard Aldington, John Gould Flechter... Y llegando, en nuestra curiosidad sondeante, y en nuestra cordialidad interpretativa, hasta los denodados epígonos neofuturistas, subsecuentes de Marinetti, como Mario Dessy, Mazza, Settimelli, Corra, Carli, etc.

   Todas estas direcciones intermundiales vanguardistas, quizás exteriormente contradictorias, más reguladas por el mismo latido heroico, confluyen en el estuario ultraísta, por obra de nuestra avidez captadora y de nuestra voluntad internacionalmente sinfronista. Como aclaración derivada, debemos anotar que esto no significa una depreciación de nuestros auténticos y modernos valores. Y de ningún modo, que nos avengamos a aparecer como sumisos continuadores de modalidades exóticas, o propicios catecúmenos. Deseamos si, recoger las prolongaciones y sugestiones de las más audaces directrices ideológicas y literarias, sin distinción de nacionalidades, asimilándonos su intención rebasadora y devenirista, más haciendo resaltar paralelamente nuestras aportaciones personales, y facilitando un cauce al libre fluir de los temperamentos libérrimos. Y en definitiva : los ultraístas realizamos la gesta de coordinarnos ideológica y confraternalmente por vez primera en España con las juventudes contemporáneas de avanzada, ritmizando nuestros esfuerzos a los suyos y acompasados a las últimas sístoles deveniristas del latido mundial.  
IV.
   El Movimiento Ultraísta Español solo tiene, por el momento, una expresión literaria, y dentro de ésta su mas nutrido sector es el de la poesía lirica. Aisladas repercusiones, nos permiten augurar empero, que pronto, al igual que el futurismo, cubismo y expresionismo, nuestro Arte Ultraísta podrá rotularse así ampliamente al tener una ramificación musical y pictórica, con su Estética genuina y sus arabescos filosóficos.
  ¿Qué órganos de expresión tiene en la Prensa española el ultraísmo? — preguntarán los lectores extranjeros, que no conozcan nuestras publicaciones propias, de radio selecto y limitado. Si en Francia e Italia, los países de terreno artístico mas cultivado, estas tendencias de vanguardia se exteriorizan difícilmente y en una esfera peculiar, en España donde han existido pocas revistas de avanzada, por falta de espíritu accional y colaborador, obviar esta dificultad requiere un máximo esfuerzo.
 
   Nuestro ultraísmo literario ha tenido, en los albores, y tiene hoy su mas puro órgano de expresión en la Revista decenal Grecia (1), que nacida bajo la advocación rubeniana y helénica de ahí su nombre — ha efectuado un bello avatar transmutativo, al evolucionar hacia el ultraísmo, merced al entusiasmo augural de su Director Vando-Villar, en la primavera de 1919, acogiendo las primicias de los primogénitos ultraístas. Grecia se publica al presente, desde Junio del actual, en Madrid, habiendo acentuado su intención superatriz, y seleccionado rigurosamente su texto, al eliminar algunas firmas equivocas e incorporar otras más afines a la tendencia.

     Otra gran Revista de irradiación ultráica es Cervantes (2) más nutrida y polifacética — 160 pags. — que dirigida por Cansinos-Asséns desde 1919 ha recogido también valiosos brotes de la cosecha ultraísta, contribuyendo a propagar esta tendencia en España, y particularmente en las republicas del Sur de la América española. Como publicaciones efímeras, demostrativas empero de nuestro poder irradiante están: Ultra, hoja literaria aparecida en Oviedo, de Octubre a Diciembre de 1919, dirigida por Joaquin de la Escosura, y Perseo en Mayo del mismo año, lanzada en Madrid por Santiago Vera. Aisladamente, otras revistas de Madrid, selectamente literarias, como España y Cosmópolis han insertado o reproducido originales ultraístas, difundiendo nuestra tendencia.

   -Y en el capitulo de proyectos, a desarrollar durante este Otoño, destacan, a más de varias conferencias, lecturas colectivas y exposiciones, dos Revistas en preparación : Horizonte, dirigida por Joaquim de la Escosura y Vòrtice que lanzará el firmante de esta crónica.
V

    Presentemos ahora a los paladines ultraístas. Pasan de treinta poetas y prosistas de muy diversas personalidades, los jóvenes literatos destacados dentro de esta modalidad, aunque algunos de ellos tuviesen ya un perfil avanzado distintivo, y otros lanzasen su primer vagido de pubertad en el seno del Ultra.

     Con ser tan relativamente rápida la profusa reproducción vivípara de poetas ultraístas — aflorados en diversas regiones de España y no solo en Madrid — en la siguiente Antología, formada expresamente para Poesia y a ruegos de mi admirado amigo Mario Dessy, solo incluyo los nombres de poetas mas valiosos, prometedores, y ultraístas «per nativitatem». He aquí algunos "specimens” de poemas ultraístas, seleccionados entre los más característicos de cada poeta


                 Elemental
Yo construyo mis saltos
                    con los cuatro elementos
La tierra
                 El Agua
                                       El Aire
                                                       El Fuego
Por la pantalla simultánea
a la luz de las trompetas
            pasan los días salva]es
           en un friso de onomatopeyas
En mis manos se refugia
           el espacio aturdido
Cada minuto al estallar
deja un nido nuevo bajo mis parpados
Como perdigones
                              vuelan mis pájaros
Crear                      Vivir                Volar
Las hojas nuevas rompen a cantar
          En torno de mi cetro
         danzan los cuatro elementos
La Tierra
                 El Aire
                                El Agua
                                                El Fuego

                                         Gerardo Diego



                       Cabaret
Sobre las mesillas florecen adelfas
Sombrillas que cubren estrellas
                En la orquesta se encienden sonidos
                     El peine trenza los violines
                          Para jugar al foot-ball
                          los bailarines buscan la pelota
                         que nunca lanzarán
Naufragan las cubetas
                 botellas de champagne
     Linternas sordas
                    se ocultan en los zapatos charolados
                Las risas taladran el aìre.

                                           Eugenio Montes.


                   Primavera
La Primavera ha volcado sus canjilones
                     Y han saltado las venas de los árboles
Mi corazón se ha abierto esta noche pasada
Y mi cuarto borracho
bebe el sol espumoso a grandes tragos
P  r  i  m  a  v  e  r  a
Las flores pulsan sus cuerdas

                                          Pedro Garfias.


                     Rusia
La trinchera avanzada es en la estepa un
                                                 [barco al abordaje
               con gallardetes de hurras
Mediodías estallan en los ojos
Bajo estandartes de silencio pasan las muchedumbres
         Y el sol crucificado en los ponientes
         se pluraliza en las vocinglerías
                                            de las torres del Kremlim
El mar vendrá nadando a esos ejercitos
que envolverán sus torsos
en todas las praderas del continente
En el cuerno salvaje de un arco iris
                              clamaremos su gesta
bayonetas
que portan en la punta las mañanas

                                          Jorge-Luis Borges.

           Nocturno de cristal
Los cisnes
            cobijan la luna bajo sus alas.
Quien ha sembrado el fondo negro
de anzuelos de oro?
                  Las hojas de los árboles
                  sobre el estanque sueñan,
                  con un viaje a ultramar.
Me ha tentado el suicidio,
y al mirarme al espejo
me ha espantado mi doble
ahogándose en el fondo.

                               Luciano de San-Saor.


                         Bengala
Y en el aire el confetti de tu risa
                 La luna podó estrellas
El viento corno un perro
                se pegaba a tu falda
                Yo te hice una hamaca con mis "amada„
Y la mejilla de tu cariño
se ha apoyado en mis palabras mullidas
                Tu desnudo
                       Como un violín de notas malva
                       mis ojos lo templaron
Después
               Mis besos amarillos
              crecieron en tu carne
                       Y la amapola del corazón
                      se ha deshojado entre mis manos.

                                              J. Rivas Panedas.


                     Estrellas
El buen torrero astral encendió el FARO
y se sento en la peña de una nube.
         EL BAÑERO
         iba tirando estrellas a la noehe...
El mar de olas azules
se llenó de blancura de palomas.
En las aguas del cielo
se bañaban las VIRGENES DESNUDAS.

                                     Ernesto Lopez-Para.

                  Nocturno
La noche ha abierto su paraguas
Llueve
Los pájaros de la lluvia
           picotean los trigos de los charcos
Los árboles duermen
                        sobre una pata
Revolteos, revolteos
Destartala un coche
su estrèpito infernal de endecasílabo
Un hombre cruza corno un mal pensamiento
Los mosquitos de agua
colmenean las luces
Incendios de alas
Revoloteos
Llueve.
 
                                     Juan Larrea.


             Ocaso
Su recuerdo corto las amarras
de mis pensamientos
Sobre el arco iris de la ilusión
vuela con las alas abiertas
y su vuelo tiene matizaciones
de film yankee
Ahora todos los veleros
tienen las velas desplegadas
Impotente el cuervo de Poe
quiere desgarrar la una
que lo apedrea con estrellas
El filo de las horas
deshoja las flores del Otoño
y unos cisnes manchados de barro
estrían el lago azul
Yo he dejado de fumar
Pero distraído
he volcado la pipa sobre mi corazón
que se ha cubierto de ceniza.
 
                                    Joaquín de la Escosura.

                   Mañana
Un lienzo blanco extendido
regado de pájaros
Abajo el vientecillo agita
los flecos de las aceras
Una casa perezosa
continúa en el lecho mientras
las otras saborean el desayuno
y reflejan en sus ojos abiertos y limpios
la viva inteligencia de día
Pero la noche se ha escapado
y la luna sutil se ha caído hacia arriba.

                                     Cesar A. Comet.


          Naturaleza muerta.
Lienzo colmado de frutos maduros
Estiva y esplendorosa moldura
                Jardineros sibaritas y sanguinarios
                han roto los cordones umbilicales
Novilunio, cuerno de la abundancia
              Sandias, mujeres sangrantes.
Uvas — perlas — inglesas.
    Las magnolias se nos ofrecen corno modelos
Las palmeras se han prendido las cubanas de oro.
          Mi corazón kaki y mis ojos ciruelas
  en la bandeja de mis manos.
Metamorfosis del gusano de seda,
   ¡ Yo también soy naturaleza muerta !.

                                      Isaac del Vando-Villar.


                             Diana
El hortera paseante en bicicleta sortilegio
compromiso con mi criada desnuda en el patio
Es la recepción perfumería en los alrededores
                                                  [del domingo
comadrona espiritual de las entidades periódicas
casa de dormir al servicio de la ley
sonando con la murga a pasos de entresuelo
sorbete y cine restaurant hebdomadario
algarabía soleada de los bailables cartomancia.

                                       Rafael Lasso de La Vega,


                           Canción Lejana
                      Yo quiero
columpiar mis miradas de un lucero
Y ante mis ojos cuantas
                                    luces de filamento
                                            y la luna
                         pantalla cinemática
                         boya para !os náufragos
                Los marineros
          por exceso de carga
          lanzaban sus canciones por la borda
Me bañaba en tu risa
                  terma de brisa fresca
             y mi cuerpo esponjado en tu recuerdo
Yo dormirla siempre
            en la palmera rubia de tu pelo
            y mi boca jirafa
para morder las piñas de tus besos

                                      Adriano del Valle.


               Crepúsculo
El sol vuelto de espaldas
lanza puñales de oro
A los espejos de la mañana
                     Las arañas viajeras
                     Cuelgan chales de sombra
                     En las espaldas de las mujeres
                     Que visten trajes de cola.
Las locomotoras viudas
Gritan con sus gargantas ebrias
De haber bebido el éter de los adioses
                      Mientras en todas las ventanas
                      el pavo real de los incendios
                      Abre sus ojos tornasoles
Los niños en el arroyo
Para sus madres pobres
recogen el último oro
                         Las estrellas rompen el negro
                         cascarón de los telescopios
                         Y la luna otoñal esparce
                         sus hojas secas sobre todo.

                                                    Juan Las


                    Brumario
El viento gesticula
                            Psalmodia la arboleda
                                      Lluvia astral
Aviónicas hilanderas
                               tejen et lino nostálgico
                              de la neblina boreal
                  Pintores pluviosos
                  barnizan las praderas ancladas
                          ELLA se ha prendido
                          el collar hepatacromista
                         del arco-iris resurrecto
OTOÑECE              SOLEDAD              AJENJO
          El horizonte mustio
                                      destrío sus pétalos
                    Y en el brumario andrógino
                                          el vértice
                    de la ataraxia dehiscente.

                                    Guillermo de Torre.
VI

   En esta selección de los quince anteriores  poetas más personalmente ultraístas, he atendido preferentemente a marcar, en los poemas transcritos, los peculiarismos distintivos de cada uno. No obstante, el lector apreciará en ella cierta homogeneidad genérica, de técnica y cerebración lirica, y esencialmente, la obsesión del imaginismo creacionista que signa todas sus visiones. Así estos specimens anatómicos, algunos de los cuales semejan esquemáticos cuadros simultaneistas, constituyen un muestrario revelador para los lectores extranjeros del «Movimiento Ultraísta Español», Y corno estos jóvenes poetas aun no han comenzado sus siembra de libros, la indicación anterior de las Revistas donde colaboran, servirá de guía orientadora a los lectores deseosos de conocer mas producciones ultraístas.

    Como escritores que desde el primer momento  se manifestaron simpatizantes de las  normas ultráicas, colaborando en GreciaCervantes, debemos retener los nombres de los excelentes poetas Mauricio Bacarisse, Rogelio Buendia, Vicente Risco, Antonio Espina, Salval  Papasseit, los críticos Adolfo Salazar, Miguel  Romero Martínez, los prosistas Antonio M. Cubero,  Ciriquiain-Gaiztarro, Juan Héctor Picabia,  Joaquín Edwards, Pedro Iglesias, Joaquín de  Aroca, y posteriormente acogiéndose a nuestras  publicaciones, León Felipe, Eliodoro Piche, Prieto Romero, Corra-Calderon, y los sud-americanos Hugo Mayo y José-Juan Tablada. Cardinalmente los altos espíritus consagrados de Valle-Inclan, Ramon Gómez de la Serna, Juan  Ramon Jiménez, José Ortega y Gasset y Gabriel Alomar, han mostrado su conformidad y adhesión  a nuestros propósitos innovadores, revelándose  así ellos corno los mas jóvenes y dignos supervivientes de sus generaciones superadas.

    Respecto a la repercusión lograda en la Prensa cotidiana por la tendencia ultraísta, solo artículos malévolos y falsas referencias debidas a la miopía de comentaristas obtusos, recordamos corno eco y reflejo de la mediocridad e incomprensión, que inunda la atmosfera donde perecen los escritores adocenados o mercantilistas. No obstante estas diatribas, paradójicamente estimulantes, al averiguar su origen, lo mismo que las parodias grotescas, para satisfacer el instinto grosero de las muchedumbres, han contribuido, junto con la admiración decidida de las figuras literarias que gozan autentico relieve, a difundir nuestra tendencia en todas las latitudes. Dignamente, los poetas ultraístas han  permanecido en el risco de su altiva seriedad fervorosa, sonriendo despectivamente ante diatribas y parodias impotentes, y sin recoger las alusiones procaces de los saurios.

     Sintéticamente — y corno decía Cansinos en la  primera Antología del Ultraísmo, aparecida en la Revista "Cervantes „  — Junio y Julio de 1919  — solo los obstinados podrán negar ahora que un nuevo movimiento lírico ha nacido y ha  cuajado en España, lo bastante fuerte, continuo y múltiple para ejercer un proselitismo práctico. La lectura de los precedentes módulos poemáticos  — agregamos nosotros — evidencia, al cotejarlos con otros de la poesía novecentista antecesora, su diferenciación explicita por la  disimilitud total de su estructura, imágenes e intimas intenciones. Marca así el florecimiento de una dirección peculiar, independiente con sus matices nuevos y características propias. Algunas de ellas — como el cultivo de la imagen y el ideario pragmatista y occidental — son  comunes a toda la pléyade, y otras distintivas de cada poeta. Ninguna preocupación de similitud  o jerarquía escolástica, constriñe o limita los libres y personalísimos impulsos temperamentales de cada poeta. La diversidad más  amplia y polifacética destacase en todos los conjuntos ultraístas, donde coexisten consanguíneamente espíritus y tendencias gemelas, vaciadas en cauces personales, que recogen la polarización especifica de un mismo lirismo ultraicamente genérico.

    Así, al lado de genuinos creacionistas epigónicos,  como Gerardo Diego, Juan Larrea y Eugenio  Montes — que, paralelo a mi, ha yuxtapuesto la sensación dinámica a la imagen múltiple  y ha iniciado cabriolas "dadaizantes „  - destacan  imaginistas puros corno Pedro Garfias, Adriano del Valle y Rivas Panedas. Y en torno, algún cubista integral — yo —, algún expresionista concentrado como J. L. Borges y varios  futuristas básicos, pues la influencia de Marinetti se halla incorporada a nuestro ideario novísimo y al espasmo de simultaneidad nunista, que ajusta el ritmo de nuestras diástoles ultraístas al ritmo de las vibrátiles hélices cosmogónicas.

     De ahí que esta pluralidad de influencias entrelazadas haga imposible definir el Ultra con  esa concreción simplista que gusta a ciertos espíritus unilaterales. Pués — como antes subrayé  — no es una escuela dogmática y cerrada,  donde todos hayan de seguir la misma ruta  uniforme. Es un movimiento de área ilimitada,  latitud mundial e irradiación multanimista. La  voluntad de innovación y superación, en la  libre dehiscencia de los espíritus velivolantes,  virtualmente contenida en la palabra Ultra  — esa palabra predestinada que muchos balbucearon  pero ninguno llegó a pronunciar, como  dice Cansinos — es el único nexo asuncional  en la confluencia de corrientes literarias propulsadas  por los lucíferos ultraístas. Así ellos,  situados en la vanguardia porvenirista atalayan  los horizontes intactos, e iluminan, como una  bella constelación juvenil, la trayectoria novidimensional  de las audaces evoluciones estéticas.

Guillermo De Torre.   
Madrid, septiembre 1920


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