El arte correo a finales del siglo


Clemente Padín



Pese a sus más de 30 años de vigencia el Arte Correo esta más vivo que nunca. Desde aquellos primeros pasos del artista conceptualista del Fluxus Art neoyorquino Ray Johnson, de mediados de los 60s., enviando por correo trozos de obras sin terminar a sus amigos para hacerles participes de la creación, hasta nuestros días en que los nuevos soportes finalmente han impuesto las formas interactivas en arte, ha pasado mucha agua.

NUEVOS MEDIOS DE PRODUCCION/ARTE CORREO

 En un viejo catálogo de los 70s., leemos: “El arte postal es una novísima corriente artística que involucra a cientos  de artistas de todo el mundo. Se le define así por una de las características más notorias: el medio de difusión, esto es, los servicios postales pero, en última instancia, esta corriente artística es la respuesta de los artistas al desafío de los nuevos medios de producción mecánica puestas a su disposición por la industria gráfica de nuestro tiempo: multicopiadoras, reductores y ampliadores de imágenes, polaroids, procedimientos económicos propios de la industria tipográfica como ser letras y figuras transferibles, sellos de goma, etc. Las obras se concretan en obras realizadas  manipulando esos medios: fotocopias, collages, postales, sellos de correos y matasellos creativos, etc., así como obras colectivas como cadenas de intercambio, propuestas y proyectos que sólo se pueden realizar gracias al aporte de artistas conectados epistolarmente”. Hoy día, tendríamos que hablar del aporte de los nuevos medios electrónicos tales como el fax y la computación que han obrado milagros sobre todo en la rapidez de las comunicaciones

COMUNICACIÓN/ARTE CORREO

El más importante rasgo del arte correo es privilegiar la comunicación, es decir, el establecer el diálogo sin tener muy en cuenta la información, sea estética, referencial o lo que sea. La función que predomina en los mensajes difundidos a través del arte correo es la fáctica, es decir, la relación con “el/la" u "otro/a” que favorecería la aplicación de las restantes funciones del lenguaje (referencial, poética, etc., según la nomenclatura de Jakobson.). Por ello el arte correo es considerado una suerte de sub-arte (o una nada indefinible) por la crítica vernácula en razón de que las preocupaciones estéticas no suelen ser las determinantes desde la óptica del medio o del soporte. Por ello no se acepta que exista un jurado de selección de obras en los proyectos de arte correo porque todos tienen derecho a la comunicación. Desde el punto de vista del arte, no cabe duda que las obras deben ser “artísticas”. Si la funcionalidad que deseáramos para nuestras obras fuera exclusivamente artística no las enviaríamos por correo postal o electrónico (al menos contrataríamos un seguro adecuado).

El arte correo ha permanecido tanto tiempo incólume y vigente frente a las demás formas artísticas de este fin de siglo por su característica fundamental: el predominio de la función de uso o comunicacional  por sobre la función de cambio, propia del arte comercial generalmente asociado a lo oficial y vigente y seriamente comprometido con el consumo.
Ha ello han contribuido las reglas tácitas que se ha impuesto en el transcurso de su desarrollo: no venta de obras, no jurado de admisión, no rechazo de obras, libertad de medios o soportes  incluyendo la libertad de medios y formas y corrientes expresivas y géneros, etc. Ud. puede enviar cuadros, collages, fotos, poemas verbales o visuales, CDROMs, videos, postales, fotocopias, objetos, etc., es decir, todo lo que se le ocurra y que el correo pueda transportar

ARTE/COMUNICACION

En nuestro concepto el arte correo supera la confusión o falsa dicotomía arte/comunicación. El producto artístico es, ante todo, un producto de comunicación y por lo tanto parte indisoluble de la producción social. Por otra parte, al igual que el resto de los productos que el hombre crea, se constituyen en auxiliar de esa misma producción (al favorecer o dificultar sus procesos). En algunos contextos prevalecerá su índole “artística” (museos, galerías, cátedras, etc.), en otros su índole de instrumento de comunicación. Pero, ambas facetas son inseparables. Por lo mismo, en tanto producto, como a cualquier mercancía, se le pone un precio (que casi nunca condice con su valor real) por lo cual no es impensable que, en algún futuro, las obras de arte correo puedan ser comercializadas; pero, en tanto auxiliar de esa producción, en tanto comunicación, ¿quién puede ponerle precio? ¿Quién le pondría un precio a un “Hola, estoy aquí!”?  Por ese motivo la despreocupación por la “estética” en las obras de arte postal (aunque no en todos los casos), y sí la angustia por asegurar la recepción del mensaje (porque lo importante es la comunicación

INSTITUCIONALIZACION/ARTE CORREO

No se nos escapa que la evolución  del arte correo hará que desaparezca, una vez cumplido su ciclo natural. Hemos asistido a ese tránsito que ha llevado al arte correo desde su inicial aparición al punto actual, en el cual la notoria institucionalización esta haciendo estragos. Así, no es difícil predecir que el arte correo agotará su ciclo y se integrará, tarde o temprano, a la lista de corrientes o formas de expresión artísticas del siglo XX.  Prácticamente casi todas las bienales y eventos culturales reconocidas han realizado su Salón de Arte Correo al igual que los más importantes Instituciones Postales del mundo; son innumerables las Universidades y Escuelas de Arte que han realizado exposiciones de arte correo incluyendo Cátedras especializadas y la creación de Departamentos especiales para su estudio (existen tesis doctorales cuyo tema es el arte correo).

También, son incontables  las Instituciones publicas o privadas ligadas al poder estatal o local que han incursionado en la organización de exposiciones de arte correo, favoreciéndose con su gratuidad, la fácil difusión y la novedad  incontrastable que ejercen en relación a las vetustas formas de expresión ligadas a las artes clásicas. Pero, al margen del provecho que esas instituciones logran explotando la rica veta del arte correo, la propia red también se ha visto favorecida con la ampliación del número de participantes y con la difusión de sus conceptos humanistas contrarios a toda forma de opresión, control o enajenación de las libertades

PERPETUA EXPANSION

Es claro que el tiempo transcurrido desde aquella primer disrupción artística de Ray Johnson (a casi más de 30 años) hasta nuestros días ha desgastado y minado la fuerza inicial del movimiento que hoy cuenta con más de 3.000 cultores en todo el mundo. Sin duda, las normas tácitas que le han dado su sello al arte correo (o Networking, como se le denomina hoy, al incluir en sus soportes al fax y al correo electrónico) variarán con el paso del tiempo en pro de la paulatina institucionalización y/o mercantilización pero, creemos, el “Eternal Network” de Robert Filliou, el modelo utópico de la perpetua expansión de la comunicación a toda la humanidad, no cejará.

Especial para Rocío Flores y su primera exposición de arte correo Clemente Padín, Montevideo, URUGUAY, Junio de 1999.